El pequeño Daniel y su madre son los últimos refugiados ucranianos llegados a Ponferrada. Con ellos, Luciano Arias (C).

Piden alojamientos en el Bierzo ante la próxima llegada de 30 refugiados ucranianos más

En la actualidad en la comarca ya están instalados once ucranianos que han logrado huir del horror de la guerra

Esther Jiménez

Ponferrada

Lunes, 7 de marzo 2022, 19:39

Iryna Rudenko, ucraniana residente en el Bierzo, se ha volcado con sus compatriotas que están huyendo del horror de la guerra. Ella, junto con Luciano Arias y más voluntarios, han conseguido que ya 11 refugiados hayan conseguido salir de Ucrania y se instalen en la ... comarca, sobre todo en casas particulares. En ellas hay de todo, gente joven, madres con hijos que están «muy agradecidos por cómo los están recibiendo, por cómo los están tratando, con mucho cariño y amor, con corazones abiertos», señala Iryna.

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Además, los bercianos se han involucrado donando ropa, alimentos o productos de higiene e incluso empresarios anónimos han asumido los costes de los viajes, el último el de una madre y su hijo, que han llegado este mismo lunes a Ponferrada, tras salir el miércoles de la semana pasada de Ucrania.

Pero lo que realmente urge ahora es alojamiento, como explican a elbierzonoticias Iryna y Luciano, puesto que esta misma semana está previsto que lleguen al Bierzo una treintena de refugiados más, que se encuentran en la actualidad en Polonia, Ucrania o Bucarest. En esta última ciudad esperan siete personas con niños pequeños de 3, 6 y 8 años.

«Tenemos la estructura para traerlos pero sí que es cierto que necesitamos alojamientos», añade Luciano Arias, que hace un llamamiento a los bercianos «por si tienen un sitio que poder compartir». «Lo que estamos pidiendo es alojamiento para estas personas para poder traerlas, no podemos traerlas y dejarlos en hoteles, tenemos capacidad para una temporada pero claro, son unos gastos que podríamos asumir durante un tiempo y tampoco queremos aprovecharnos de la gente que hospeda, porque puedes hospedar a unas personas durante meses pero no durante años, entonces lo que necesitamos es eso», indica.

Arias también se ha puesto en contacto con diferentes instituciones porque considera que «la responsabilidad no puede ser solo de la ciudadanía». En ese sentido, señala que no se han posicionado, aunque destaca como excepción al Ayuntamiento de Fabero, cuya alcaldesa, Mari Paz Martínez, ha puesto una vivienda a disposición de una familia y ofrecerá otra para al menos 7 refugiados.

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El próximo paso, que sean reconocidos como refugiados

Una vez que todos estos ucranianos estén asentados en el Bierzo, el grupo de voluntarios comenzará a trabajar para que sean reconocidos como refugiados y puedan tener el NIE, Seguridad Social o Educación para los niños.

«La dirección de Inmigración les va a dar una serie de posibilidades por las cuales tendrán un NIE, una cartilla de la Seguridad Social aunque no les haría falta, pero para optar a medicamentos y demás, educación por si sus niños tienen que empezar al colegio y se les facilitaría incluso profesores de apoyo, traductores o profesores de español», apunta Luciano.

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Escapando del horror de la guerra

Tras su llegada a la comarca y mostrando en todo momento un profundo agradecimiento, los refugiados ucranianos narran los horrores que han visto y vivido. «Edificios, colegios o guarderías destrozados, disparos a la gente en los coches, no importa de día o de noche», cuenta Iryna también muy afectada. Con hospitales y farmacias cerrados, temperaturas bajo cero y sin luz muchas familias, principalmente mujeres con niños, se resguardan en sótanos «que no tienen ningunas condiciones, con paredes con humedades y durmiendo en el suelo».

A su vez, Iryna relata que uno de los problemas con los que se encuentran ahora es la falta de transporte, que, además de afectar al tiempo de huida, también impide que lleguen medicamentos o alimentos. «Están destrozadas muchas vías de los trenes, por eso se ha complicado tanto el tráfico con la gente buscando coches o autobuses para poder salir. No hay gasolina y si la encuentran es a un precio increíble», incide Iryna, que lamenta terriblemente el «desastre» que está pasando en su país.

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