Explorando el corazón de Las Médulas

Las Médulas es el monumento natural más conocido del Bierzo. Más de 100.000 turistas visitan cada año este paisaje declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de la mayor mina de oro a cielo abierto construida por los romanos jamás vista. El mirador de Orellán es el punto de referencia para contemplar Las Médulas.

Sin embargo, este atractivo turístico tiene en su interior senderos para descubrir el corazón de esta antigua explotación de piedra rojiza.

Son varias las rutas que recorren Las Médulas y diversos los caminos que conceden al visitante el privilegio de apreciarlas desde diferentes perspectivas pero la Senda de Las Valiñas tiene algo especial.

Una ruta corta, sencilla y con paisajes impresionantes de este paraje natural. Es un camino circular que consta de 4 kilómetros y que empieza y acaba en el pequeño pueblo de Las Médulas.

Esta localidad, perteneciente al municipio de Carucedo, merece una mención especial y es que se ha convertido en un pueblo de cuento con terrazas, albergues y casas decoradas con algún guiño particular. Figuras hechas con troncos, maceteros de colores, fuentes originales, coches antiguos, ruedas convertidas en tiestos, flores… y un sinfín de elementos que hacen de esta villa un lugar único y singular.

Después de observar cada detalle de este pueblo, el camino se adentra en el monumento natural. Ya al inicio de la ruta se dejan ver algunos picos rojizos que algún día albergaron oro.

Tras caminar, aproximadamente, dos kilómetros se encuentra La Cuevona. Una cueva de amplias dimensiones, como su propio nombre indica. Un cartel advierte de la peligrosidad de acercarse a este agujero por riesgo de derrumbe, no obstante, merece la pena observar la grandiosidad de este hueco.

La ruta continúa para poder admirar la cueva La Encantada, más pequeña y acogedora. Este orificio es en realidad la confluencia de los restos de galerías y túneles que se llevaron a cabo en el siglo I a.C. y tiene una belleza particular con varias salidas.

El sendero lleva al caminante de nuevo al pueblo donde podrá descansar y coger fuerzas en un entorno de ensueño.

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