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Las garrapatas no son insectos sino arácnidos de ocho patas y se relacionan más bien con las arañas, a diferencia de lo que pueda parecer. Su cuerpo es plano y tiene forma de lágrima. Son de pequeño tamaño pero su picadura puede llegar a ser letal, transmitiendo dolencias como la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo.
Pero hay mitos sobre las garrapatas que conviene aclarar porque algunos son ciertos y otros no.
Falso. Aunque son parásitos que se alimentan de la sangre no la pueden oler. Para encontrar un huésped donde instalarse pueden detectar dióxido de carbono, lo que exhalan los animales.
Falso. No tienen alas. Las garrapatas solo pueden arrastrarse y escalar plantas y animales. Suelen esperar en una planta o en una hoja en la tierra a que pase un animal y sube por él arrastrándose para buscar un lugar protegido, oscuro y caliente. En el caso de los humanos eso puede ser en su cuello, axilas, ombligo o ingle.
Falso. No todas las garrapatas llevan la enfermedad de Lyme. Sólo la garrapata de patas negras o del venado lleva la bacteria que causa la enfermedad de Lyme, pero todas las garrapatas de patas negras están infectadas. Cuanto más tiempo muerda una garrapata más posibilidades hay de que la bacteria de Lyme y otras enfermedades puedan pasar al cuerpo, por eso es muy importante quitarla lo más pronto posible.
Falso. La mejor manera de quitar una garrapata es usar unas pinza muy finas y agarrarla tan cerca a la piel como sea posible. Ejerciendo presión, lo idóneo es tirar de la garrapata sin torcerla o girarla. Quitarla completamente incluyendo la boca que se queda en la piel. Guardarla para identificarla y lavar el área afectada por la mordida con agua y jabón.
Falso. Aunque sí es verdad que en el campo su presencia es más abundante también podemos contraer su picadura en parques y jardines y en todas aquellas zonas con una vegetación densa o en arboledas.
Falso. Sí que es cierto que en el verano debido al calor tienen tienen una mayor actividad, teniendo en cuenta que el frío ralentiza su ciclo. En España existen 35 especies del grupo taxatómico de las garrapatas, algunas más adaptadas a ciertas estaciones. Además, teniendo en cuenta que los inviernos cada vez son más cálidos no se puede descartar que nos puedan picar en cualquier época del año.
Falso. El ser humano no está entre los huéspedes preferidos de la garrapatas. Prefieren otros mamíferos como el caso del perro porque al ser peludos les cuesta menos agarrarse a su cuerpo y trepar a sus zonas preferidas, al contrario de lo que ocurre con los humano. Además, tampoco de la sangre humana obtienen el mismo rendimiento que con la de otras especies.
Falso. Las garrapatas cuando nos pican segregan un potente analgésico que hace que no nos enteremos, por lo que en ningún caso su picadura resulta dolorosa. Precisamente el principal peligro es que no nos enteremos que tenemos el parásito hasta que se ha hinchado mucho con nuestra sangre. También puede desprenderse de nuestro cuerpo si que lleguemos a enterarnos de que nos ha picado.
Falso. Este tipo de ataque únicamente se produce cuando la garrapata nos cae de un árbol o un arbusto. Lo más habitual es que la garrapata ascienda lentamente por las piernas en verano cuando atravesamos zonas de matorrales.
Falso. Las garrapatas no saltan de persona a persona. En casa estadio tiene un solo huésped. Tan solo pueden atacarnos en el adulto.
Falso. Si nos han picado y no las sacamos pasan de seis a ocho días succionando nuestra sangre hasta que consiguen saciarse y caen muertas. En el caso de la hembras, albergarán los huevos fecundados que se alimentarán de la sangre para pasar al estadio larva pero ya en el suelo.
Puede ocurrir que al regurgitar sus jugos intestinales en nuestro torrente sanguíneo nos transmitan enfermedades, algunas de ellas graves como la fiebre Crimea-Congo, pero la probabilidad es muy baja. Este caso puede darse cuando pican a personas en las que permanecen mucho tiempo y que, además, puedan tener débil el sistema inmunitario. En cualquier caso, lo más recomendable es que si nos pica una garrapata acudamos a un centro de salud o tener especial vigilancia por si detectamos algún síntoma anómalo, especialmente en el caso de niños y personas mayores.
Falso. Es habitual escuchar que si las garrapatas, al igual que las lombrices, pueden regenerarse a partir de una sola parte pero nada más lejos de la realidad. Si aplastamos el abdomen de una garrapata morirá aunque vomitará sus jugos gástricos en nuestra sangre lo que aumentará el riesgo de infección. El mayor problema se produce cuando la cabeza queda en nuestra piel y puede provocar irritaciones. Lo recomendable es dejar bien limpia la zona sacando los restos con unas pinzas.
Falso. Si utilizamos para retirar las garrapatas productos que las ahoguen como aceite o parafina, entre otros, lo que puede ocurrir es que vomite en nuestro torrente sanguíneo antes de despegarse, con lo que el riesgo es mayor. La forma correcta de desprenderlas es utilizando unas pinzas afiladas con terminación curva, apretando un poco la zona de la cabeza y estirando para sacarlas.
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