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El descontrol poblacional de conejos y jabalíes pone en jaque a los agricultores bercianos dado que los daños provocados por estas especies, que se vienen arrastrando desde hace años, supone «un problema serio» para las producciones agrícolas de la comarca. «Con conejos hemos tenido muchos problemas y ha habido años muy difíciles», reconoce el director técnico de la Asociación Berciana de Agricultores, Pablo Linares.
Unos problemas que campaña tras campaña se traducen en la merma de las producciones, que se ven afectadas principalmente por la acción de los mamíferos lagomorfos en las fincas que se encuentran más próximas a las carreteras porque «en las cunetas de carreteras o en los caminos de la autovía se resguardan bastante y están muy protegidos de depredadores, incluso de la caza porque ahí los cazadores no pueden hacer gran cosa», por lo que «sigue habiendo un problema serio», remarca Linares.
Por ello desde la Asociación Berciana de Agricultores demandan un plan con medidas de control para combatir las dos plagas cinegéticas que provocan más daños para proteger el campo tanto de la acción de los conejos como de los jabalíes, e incluso de los corzos dependiendo de la época del año.
Los principales afectados son los viticultores y los fruticultores. Por un lado, por el conejo que roe la corteza y causa daños importantes en los frutales y en los brotes de la viña provocando pérdida importante de producción. Por otro, por el jabalí que destroza la viña más adelante cuando ya el fruto está más maduro y para coger las uvas, rompe todas las ramas al tirar de ellas.
Por zonas, las consecuencias de la superpoblación de conejos se deja sentir especialmente en el campo berciano en las plantaciones situadas en el municipio de Camponaraya que «es una zona bastante dañada, con mucho problema de conejos históricamente».
Por lo que respecta al jabalí, el asalto a los cultivos y las fincas realiza en las que bordean las mayores concentraciones de parcelas en municipios como Priaranza del Bierzo, Dehesas o Cubillos del Sil, en espacios en los que no hay tanto cultivo. Por contra, en Carracedelo, donde hay más superficie de cultivada, «ahí suele ser menos el daño porque están menos protegidos al haber menos fincas abandonadas. «El problema de todo esto muchas veces son las fincas abandonadas que tengas alrededor que ahí es donde se refugian y desde donde luego van a la fina por la noche», sentencia el director técnico de la ABA.
Precisamente, tanto los agricultores como las organizaciones profesionales agrarias han apelado a la Junta en varias ocasiones para que apruebe medidas de control que permitan poner freno a estas plagas que afecta al sector agrario y también se extiende al ganadero.
«Se les ha pedido que autoricen las batidas especiales, las cacerías incluso fuera de época de estas especies para tratar de bajar el nivel de población o que incluso ellos, que sería una competencia de Medio Ambiente, son los que más pueden saber del tema, de cómo se puede llevar a un control efectivo de las poblaciones de estas dos especies para que se permita la convivencia», apuntó Linares. «Nadie quiere que desaparezca el jabalí o el conejo pero que sea en unos niveles que no causen estos daños», subrayó.
Una petición que ha tenido respuesta este mismo jueves 6 de junio con la publicación de la orden de la Consejería de Medio Ambiente que aprueba el Plan de Gestión del Jabalí en la Comunidad de Castilla y León lo que abre la puerta a la puesta en marcha de medidas concretas que permitirán frenar la sobrepoblación de esta especie y con ellas poner coto a los daños en el sector agrario y ganadero.
«El jabalí representa hoy un peligro cierto para la sociedad en general, visible especialmente en el incremento de accidentes de tráfico por su causa», señaló Asaja en un comunicado recogido por la agencia Ical. Añade, además, que se trata de un problema que «además impacta de lleno sobre el sector agrario y ganadero, que soporta daños materiales, que son visibles y notorios, insoportables para algunas zonas y cultivos, pero también daños no visibles, todavía más graves, como son los sanitarios», subrayó el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo.
Según datos de la organización, las capturas de jabalíes en los cotos se han duplicado en la última década, superando los 50.000 cada año, cifras a las que hay que añadir otros aproximadamente 12.000 capturados por controles poblacionales extraordinarios, que se aplican cuando el número de ejemplares es ingobernable. Igualmente, estas capturas en controles poblacionales han experimentado un incremento de cerca del 200 por ciento en los últimos seis años.
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