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carmen ramos
Ponferrada
Viernes, 1 de septiembre 2017, 11:48
Diez meses de trabajos comunitarios le han cambiado la vida. El vecino de Quilós, Miguel Ángel Antonio Reguera, quiere dejar atrás cualquier atisbo de recuerdo que le llevó a ganarse el apodo de el 'Rambo del Bierzo' para trabajar en favor de las familias necesitadas del municipio de Cacabelos.
Y es que su vida ha dado un giro de 360º después de conocer de cerca durante diez meses las desgarradoras historias de todos aquellos desfavorecidos, a los que ha puesto cara, nombre y apellidos, y a los que ha apoyado durante los últimos meses realizando labores de apoyo en el almacén de Cáritas en la villa del Cúa. Una ONG a la que llegó después de que la Audiencia Provincial de León le conmutara por trabajos a la comunidad la pena de cuatro años de cárcel como autor de un delito de tenencia de armas y munición de guerra y otro de tenencia de aparatos explosivos.
«Ha estado trabajando en Cáritas en ayuda a las familias necesitadas que nosotros ayudamos y en puestos de almacén y distribución de alimentos, encargado del almacén, preparando los lotes y recibiendo a la gente para tomar datos y demás, como hace cualquier voluntario», explicó el párroco de Cacabelos, Jesús Álvarez.
El sacerdote asegura que durante los trabajos realizados en favor de la comunidad prestando el servicio en la ONG el comportamiento de Miguel Ángel Reguera ha sido «bueno» y «correcto», tal y como «hacen también otras personas en todas las organizaciones», subrayó.
El joven que reside en la pedanía de Quilós, perteneciente al municipio de Cacabelos, fue denunciado en el año 2010 ante la Guardia Civil por la Plataforma Antifascista del Bierzo, después de haberlo identificado protagonizando varios vídeos que colgó en las redes sociales haciendo ostentación de sus armas. Además, había convertido su casa en lugar de culto del movimiento nazi.
El cura de Cacabelos se ha mostrado visiblemente afectado y disgustado con las informaciones aparecidas este jueves en un medio nacional que lo situaban como mediador para conseguir su libertad y que le fuera conmutada la pena. Algo que no ha dudado en desmentir de forma categórica. «Este señor ha hecho lo que ha tenido que hacer y punto, nada más», apuntó el párroco. «Yo no soy el que decide dónde tiene que cumplir el servicio, es a través de su abogado y a través del juez, el juez o el servicio penitenciario es el que valida si una persona puede hacer el trabajo en un sitio o en otro, no soy yo», recalcó.
Tiene claro que «quien juzga no es un alcalde ni un periodista, es un juez y es el que decide si ha cumplido o no ha cumplido, ni yo, ni tú, ni nadie», aseveró el cura de la villa del Cúa, que, al igual que hizo con Miguel Ángel Antonio Reguera, se ha mostrado dispuesto a recibir en Cáritas a todas aquellas personas dispuestas a colaborar teniendo en cuenta las necesidades de apoyo que tienen este tipo de organizaciones.
«Si hay una solicitud a Cáritas y esa persona está dispuesta a hacer ese trabajo y lo hace correctamente, yo no es ni la primera ni me imagino que será la última porque necesitamos gente que nos apoye en el trabajo que hacemos», explicó.
Los diez meses que ha pasado apoyando como voluntario la labor de la ONG en favor de las familias desfavorecidas del municipio de Cacabelos han supuesto una prueba de fuego para el 'Rambo del Bierzo' que ha manifestado su intención de continuar con una labor que inició con una conmutación de condena. «Va a seguir colaborando, con eso ya te lo digo todo», aseveró el párroco de la localidad.
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