Dos niños y una niña con sordoceguera disfrutan hasta el próximo domingo 30 del campamento inclusivo que la Once ha organizado en en el complejo 'El bosque de los sueños', situado en la localidad berciana de Cubillos de Sil.
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Alexandra y Guillermo, de diez años, y Joel, de ocho, conviven en esta experiencia de inclusión con otros cerca de 70 niños con y sin discapacidad, gracias a la labor de Natalia y de Juani, dos mediadoras de la Fundación Once para la Atención a Personas con Sordoceguera (Foaps). La labor de estas mediadoras, como las del resto de este tipo de profesionales que trabajan en Foaps, es promover y apoyar la comunicación de la persona con sordoceguera y aumentar el grado de control que ejerce sobre sus actos.
«Nuestro trabajo es servir de nexo entre el niño con sordoceguera y el entorno y el resto de compañeros», cuenta Natalia, que estos días acompaña a Alexandra. De esta forma, los niños pueden participar junto a los demás participantes en las diversas actividades programadas en el campamento, que van desde la práctica de deportes a todo tipo de actividades de ocio como excursiones o veladas nocturnas.
«Estamos logrando avances muy significativos estos días», explica Juani, que ejerce como mediadora de Guillermo y de Joel desde hace años en sus respectivas poblaciones natales de Extremadura. «Joel se comunica en lengua de signos y, al ser un niño muy extrovertido, llama mucho la atención del resto de niños y niñas. Ahora todos quieren aprender lengua de signos, preguntan cómo se dice esto o lo otro, qué signo corresponde a cualquier palabra…», cuenta.
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En el caso de Guillermo, la mediadora asegura que también está mostrando mayor autonomía y avances positivos en estos días. «Creo que al ser la primera vez que participan en un campamento de este tipo, conviviendo con decenas de niños con y sin discapacidad, ha hecho que se despierte la curosidad de ambos, socialicen con los demás y tengan una disposición mayor a ser autónomos. Además, entre ellos han hecho un 'pack' perfecto, van de la mano a todos los sitios, uno guía al otro o se explican mutuamente las intrucciones de los monitores si alguno no lo ha entendido bien».
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Esta empatía se extiende también en el resto del grupo. «Los demás niños están ahora pendientes de cosas en las que antes no reparaban. Por ejemplo en el orden de la cabaña, que para Guille y Joel es algo importante para su orientación, o en las condiciones de iluminación. El resto de niños se ha implicado con ellos y eso es muy positivo para todos», concluye Juani.
Su testimonio y el de su compañera constituyen un mensaje de integración que se produce justo la víspera del Día Internacional de las Personas con Sordoceguera, que se conmemora este jueves 27 de junio. Una fecha señalada con el objetivo de dar una mayor visibilidad a la sordoceguera, una única discapacidad que afecta a una de cada tres personas, unas 9.000 en España, y que para la Once son un objetivo prioritario de atención.
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