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Llega la época de los carnavales y en la comarca del Bierzo, además de los grandes desfiles que se organizan en las cabeceras de los municipios, algunos pueblos han decidido recuperar el entroido de antaño, con tradiciones de entonces pero también con nuevas.
Es el caso de Valtuille de Arriba, una pequeña localidad del municipio de Villafranca del Bierzo. Uno de sus habitantes, Raúl Ochoa, apostó por retomar esa tradición de la zona que llevaba 50 años sin celebrarse. Así, recogiendo testimonios de la gente y con ayuda de sus padres organizó en 2018 el Entroido. Todo un éxito que repitió al año siguiente y al que ya se fue sumando mucha más gente, «le fuimos echando un cable y después ya constituimos la asociación El Filandón Berciano y comenzamos a hacerlo desde ahí», asegura Lucía Suárez, miembro del colectivo al que también pertenece Raúl. En ese primer Entroido participaron unas 30 o 40 personas y en la actualidad «hay muchísima gente», llegada tanto de la comarca del Bierzo como de fuera.
Después de seis años celebrándolo -en este 2025 es el séptimo-, la asociación continúa recopilando testimonios «de cosas que se hacían ese día y sobre todo yo creo que las tradiciones se crean, igual que en su día a alguien se le ocurrió hacer un hombre de paja y quemarlo, al final con los años van surgiendo algunas cosas nuevas», apunta.
Una de esas costumbres que tenía el Entroido en Valtuille de Arriba, y que hacen en la actualidad, era la de fabricar un gran hombre de paja, al que se denominaba precisamente entroido. «Antes se hacía de paja pero como ahora no tenemos paja a mano lo hacemos de xestas, medirá unos 8 metros y desde que lo hemos recuperado lo ponemos en la explanada que está al lado de la sede de la asociación, que son las antiguas escuelas, y eso es como el único personaje representativo», explica Lucía.
Después de hacer la ronda por el pueblo, a ese hombre de xestas se le hace un juicio, en el que hay que hacer alegatos sobre si hay que quemarlo o no y antes «nos cuentan que se hacía con críticas sociales o con cosas del día a día, por ejemplo, a este hombre hay que quemarlo porque es muy grande y con el trabajo de él te ahorras tres jornales, o hay que salvarlo porque te va a ayudar a arrancar patatas muy rápido». En la actualidad, Lucía Suárez apunta a temas más de ahora, «igual hay que salvarlo porque es la única forma de conseguir cobertura en el pueblo al ser tan alto» y recuerda con humor que los vecinos de Burbia pedían todos los años quemarlo por el mal estado de la carretera «y justo el año pasado dijeron que querían salvarlo porque por fin les arregló la carretera». «Está genial porque la gente cada vez se va animando más y lo va utilizando para ciertas reivindicaciones, para protestar por algo», añade.
Otra de las tradiciones de este particular Entroido era tirar harina o ceniza a la gente que iba con la cara destapada, sin máscara, «y nos pareció chulo recuperar eso precisamente porque creemos que es una herramienta que hace que si vengas participes y lo hagas con la cara tapada porque si no vas a tener un castigo». En el caso de otros entroidos de la comarca del Bierzo, había personajes definidos -demonios, caras desfiguradas o de locos- pero en el de Valtuille «no encontramos nunca nada en testimonios, sino que cada uno iba de lo que quería».
En estas nuevas ediciones del Entroido esa máscara puede ser de cualquier tipo porque lo principal es ir con la cara cubierta, pero desde la Asociación El Filandón Berciano también imparten un taller para que cada uno se fabrique la suya, «con la técnica que hace Raúl que es simplemente con papel de periódico, cartón, harina y agua». En ese taller también participan algunos niños «y les chifla hacer la máscara pero hay otros que quieren venir vestidos de Spiderman, quién le va a quitar la ilusión al niño, lo que importa es que venga y conseguir que a un niño pequeño le guste un carnaval o un entroido más tradicional y en un pueblo pequeño, eso es lo interesante. Y que entienden que tienen que venir con la cara tapada. Los primeros años sobre todo escuchábamos a los niños decir que el año que viene iban a venir de algún personaje que llevara máscara», incide Lucía.
En cuanto a los trajes, antes utilizaban farrapos, es decir, cualquier cosa que hubiera por casa, ya que «no se tenían los recursos de ahora, te ponías lo que pillabas por casa y ya está». Por tanto, ahora tampoco es una norma del Entroido de Valtuille «pero si intentamos incitar a eso, ir un poco en contra de ese consumismo que está ligado a la forma de celebrar los carnavales hoy en día y abogamos porque cojan lo que tengan en casa».
De este modo, el Entroido de Valtuille de Arriba se celebra este sábado, 1 de marzo. A las 19:00 horas está prevista la «xuntanza» en la explanada de las antiguas escuela, donde se venderán vasos y desde donde comenzará la ronda por las calles del pueblo.
Una ronda con pasacalles a cargo de la Bandina Los Fuérganos y que hará parada por diferentes casas del pueblo en las que los vecinos, muy participativos, colocarán mesas con comida, como caldo, sopas de ajo, orejas de carnaval o incluso fervudo, el típico vino caliente.
Después de la ronda, todos los participantes volverán a la explanada, en la que tendrá lugar el juicio y quema del entroido de xestas.
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