La voladura de la chimenea de la central de Anllares precisó 50 kilos de explosivos y 200 detonadores eléctricos

La chimenea tenía una altura de 150 metros, muy similar a un edificio de más de 40 plantas y un diámetro de 13 metros en la base y 7,4 en la parte superior o coronación. Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica serán recogidos a nivel del suelo y se estima que se recuperarán 3.550 toneladas de hormigón que se destinarán, entre otros usos, al relleno de huecos y regularización de terrenos en la propia instalación y 80 toneladas de hierro y acero que serán reciclados en acerías.

El desmantelamiento de la instalación abarca todas los espacios de producción y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, más de la mitad de los trabajos contemplados ya están finalizados y las labores dan empleo a alrededor de 60 personas, que han completado casi 100.000 horas de trabajo sin accidentes ni incidentes relevantes.

En cumplimiento de las medidas de seguridad aplicables a esta voladura, se evacuaron todos los edificios y naves de la central, se interrumpió la circulación en la carretera en las inmediaciones de la planta y se realizaron los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. Igualmente, se comprobó la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas.