Un nuevo milagro de Bolo

Con 57 puntos y la octava posición, la Deportiva ha completado un curso magnífico donde, pese a tener el tercer límite salarial más bajo y uno de los presupuestos más ajustados de la categoría, ha sabido sacar rédito a sus recursos con un entrenador que ha confiado en el método que le viene dando resultado en las últimas tres temporadas.

Con elementos aún de aquella plantilla del ascenso como los metas Gazzaniga y Manu García, el lateral Ríos Reina, los mediocentros Saúl, Sielva y Larrea o los delanteros Yuri y Kaxe, la Deportiva se ha codeado con algunos de los mejores clubes de la categoría, todos ellos con un mayor músculo económico y mayores posibilidades a la hora de salir al mercado.

A base de cesiones provechosas, como las de Gaspar, Caro, Pascanu o Pablo Valcarce, jugadores que han dado un enorme salto esta temporada como el propio Sielva, Amo, Juergen o Paris y futbolistas en busca de una oportunidad aprovechada como Moi Delgado, Curro o Romera, el conjunto berciano ha finalizado con sobresaliente la temporada.

Y en todos ellos hay un mínimo común múltiplo: Jon Pérez Bolo. El técnico vasco ha sabido encontrar los puntos fuertes y débiles de su plantilla, maximizando los primeros con un estilo de juego camaleónico, permitiendo a su equipo estar cómodo con balón o sin balón, en partidos donde les tocaba llevar el peso del mismo y en otros con un planteamiento más pasivo.

Ese ha sido el gran aval de la Deportiva: saber adaptarse, leer y plantear cada situación de partido. La gestión de grupo y de los momentos de Bolo ha sido la ideal para llevar al conjunto berciano hacia una temporada plácida e ilusionante, donde han peleado, incluso, por las plazas de playoff, acabando con una posición muy notable en la tabla.

Ahora, toda la afición de la Ponferradina desea que Bolo sea el entrenador en la temporada del centenario y que, por qué no, permita al equipo soñar con algo más.