El Lambrión Chupacandiles es a la Semana Santa de Ponferrada lo que la Virgen de la Encina es a las fiestas patronales de la ciudad.
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La emblemática figura, perteneciente a la Real Hermandad de Jesús Nazareno. es la encargada de abrir las celebraciones religiosas de la conmemoración cristiana de la pasión de Cristo en la capital berciana.
Una semana antes de que arranquen el Lambrión Chupacandiles sale desde la Basílica de la Encina rodeado de niños y fieles, todo vestido de negro, para recorrer ya en solitario las calles de la ciudad haciendo sonar su pequeña campana.
Fue en la primavera de este año cuando se descubrió junto a la iglesia de San Andrés el monumento en honor al icono de la Semana Santa ponferradina que cuenta con 400 años de historia.
Pero aunque en la ciudad es muy conocida y reconocida y se cuentan por decenas los visitantes que no dudan en hacerse una fotografía junto a la estatua para inmortalizar su visita a la ciudad, su presencia desconcierta a los turistas estadounidenses que ven en ella el reflejo del Ku Klux Klan (KKK).
Una situación que ha generado un gran debate en las redes sociales a raíz de un comentario de un usuario ponferradino en un foro que se hizo eco del susto que se llevan los americanos al darse de bruces con la estatua en su visita al casco antiguo de Ponferrada. «Todos los turistas americanos de mi ciudad parecen tener miedo de esta estatua, ¿sabes por qué?», señaló.
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La confusión parece estar en el atuendo con la túnica que luce el Lambrión Chupacandiles, que sufrió un ataque con una pintada el pasado mes de julio, sobre todo con el capirote puntiagudo con dos agujeros para los ojos que asemeja a los utilizados por los miembros del grupo de odio supremacista blanco estadounidense de extrema derecha conocido por promover actos violentos contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. «Para los americanos un sombrero puntiagudo es igual a KKK», resaltan algunas opiniones.
Todo un reguero de comentarios que han evidenciado la necesidad de conocer las costumbres y tradiciones dado que dependiendo del país en el que trate una misma imagen o emblema pueden significar cosas muy distintas. «Una estatua que en su cultura es símbolo de violencia, terrorismo doméstico y racismo sin duda los hará sentir incómodos», señalaban algunos. O incluso con alusiones a la imagen con la cara pintada de negro (al igual que el resto de la escultura) algo que en Estados Unidos se considera como un acto racista e insultante.
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Para bajar el tono del debate algunos usuarios han intentado incluso explicar la historia del Lambrión Chupabandiles, entre ellos no faltaron algunos ponferradinos destacando que se trata de «una tradición exclusiva de mi pueblo desde el año 1600» en la que el nazareno «lo recorre la semana anterior a Semana Santa tocando su campana para anunciar que se acerca».
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