Llegar a la política al sprint

El aterrizaje resulta más sencillo si es directamente a la Concejalía de Deportes, reconoce el antiguo ciclista profesional Emilio Villanueva, edil responsable del ramo entre 2003 y 2011 con el Partido Popular tras la etapa (1999-2003) del exfutbolista Manuel Peña, ya fallecido. Lo mismo le sucedió al exlateral derecho de la Ponferradina Toñín Atanasio (PP) de 2011 a 2013, año en el que tomó el relevo tras la moción de censura el exmediofondondista Sergio Gallardo (Independientes Agrupados de Ponferrada), que asumió también la cartera de Juventud hasta las elecciones de 2015, tras las cuales Deportes quedó en manos primero de Roberto Mendo y luego de Álvaro Rajo, ambos del PP.

La gestión en una administración de las características del Ayuntamiento de Ponferrada puede en primer momento intimidar. «Yo pasé el primer mes y pico asesorado por personal de la Concejalía», señala Villanueva. «La administración es una maquinaria con unos engranajes muy complejos. Está muy encorsetada», apunta Gallardo. Como un «reto» se tomó Atanasio la actividad política, en la que a veces los resultados tardan más en llegar que en la deportiva. «Yo, al año de estar, ya pude abrir la tribuna del Colomán Trabado. Pero hubo que someterse a la normativa», ilustra Villanueva.

También parece que la rivalidad es más encarnizada en la política que en el deporte. «Cada deportista va a ganar. Pero cuando se termina la competición, quedan como amigos. Y en política, si pueden, te dan un escobazo», lamenta el exciclista. «Lo que más me entristece de la política es cuando alguien tiene una buena idea pero, por estar del otro lado, se desecha y se lucha contra ella. Cegar para que el otro no se apunte un tanto es muy duro», abunda el exatleta. «En todas partes hay buenas y malas personas. Quizá en un deporte de equipo haya más trabajo colaborativo», sugiere el exfutbolista.

Convertir la gestión política en una carrera de relevos no siempre es posible. A veces el testigo queda por el camino y los proyectos en agua de borrajas con los cambios de Corporación, dice Villanueva al lamentar que la organización del Campeonato del Mundo de Ciclismo de 2014 dejara en el tintero la programación de una prueba cicloturista asociada al evento. «El Mundial pasó, pero eso quedaba para siempre», argumenta. El caso es que la crisis económica también ha reducido el margen de maniobra de los responsables públicos con las cuentas sometidas a continuos ajustes. «Hacer las cosas con dinero es fácil; con imaginación es más difícil», apostilla Gallardo.

A la hora de encajar las críticas es posible que los deportistas, ya sometidos al escrutinio público y de los medios de comunicación, partan con ventaja frente a otros compañeros de Corporación. «Se nota que ahí ya tienes un rodaje hecho», admite Gallardo. «Todo afecta, pero es verdad que estás más acostumbrado. Y más habituado a que todo eso pase rápido», coincide Atanasio. Y Villanueva asume que «hay unos medios que te ensalzan y otros que te atacan» al recordar las críticas a la celebración de las primeras ediciones de los 101 Kilómetros Peregrinos.

Acostumbrados a trabajar contra reloj, los deportistas metidos a políticos también destacan por sus aspiraciones. «El deportista tiende a ir hacia la excelencia», subraya Sergio Gallardo, convencido del poder transformador de la gestión pública: «Sólo desde dentro puedes cambiar las cosas. Y hay que involucrarse. Es un mundo apasionante, pero muchísimo más difícil de lo que parece». «La vida política es un reto que no debe asustar», añade Antonio Atanasio tras reconocer haber oído el típico 'pero dónde te metes' cuando decidió sumarse a la lista del PP, lo mismo que ahora ha hecho su antiguo compañero de equipo Fran, con el que compartió carril derecho en el fútbol antes que en la política. «Yo estoy abierto a cualquiera que me pueda pedir consejo, como yo hice con mi antecesor», concluye Emilio Villanueva, habituado desde muy joven a llegar a los sitios al sprint.