Markeliñe presenta en el Bergidum su visión del Quijote

La compañía vasca Markeliñe ha apostado en su larga trayectoria por el teatro visual y la gestualidad del actor como elementos que conforman su apuesta artística. En este trabajo, no quiere contar la novela sino utilizar a sus protagonistas para contar la historia que enfrenta a los soñadores con los apegados a la realidad. Dos formas de ver la vida, Sancho con los pies en la tierra y Quijote, buscando otro sentido a lo cotidiano, lo monótono, a lo real. 

Encontrar el equilibrio en la convivencia, será el reto de ambos. Su Quijote no es un señor delgado de barba afilada, sino una chica cuyo sueño es volar. Imagina otros mundos, y le acompaña, además de su locura, su fiel amiga, su ayudante, Sancha. El sueño de Quijote en este caso es un trapecio. Será el elemento que flota sobre toda la escena y ayuda a generar las emociones que sugiere la obra. El universo en el que vive Quijote está teñido de una visión fantástica que le hace ver molinos en las vueltas de una mesa, a Dulcinea en una lechuga, y gigantes en bolsas de basura. Juega con el aire mismo para transformarlo en melodía.

'Quijote, el vértigo de Sancho' es una historia de amistad, un espectáculo sin texto, para dos actrices y una trapecista, multipremiado en Premio FETEN con galardones a la Creatividad, la Dramaturgia y el Espacio Escénico. Está interpretada por Sandra F. Aguirre, Itziar Fragua y Maitane Azpiroz.