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v.silván
Domingo, 1 de mayo 2016, 19:27
Las banderas con la hoz y el martillo comunistas ondearon este domingo por las calles de Ponferrada como lo hicieran hace exactamente hace 80 años, en la manifestación del Día del Trabajo del 1 de mayo de 1936, meses antes del estallido de la Guerra ... Civil. Un grupo de simpatizantes comunistas, que después sería duramente perseguidos, se fotografiaron alegres y orgullosos ante la bandera de la Radio Comunista de Ponferrada en un día de celebración para la clase obrera.
Esa fotografía, que ahora forma parte del archivo de Santiago Macías -cofundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y autor de 'El monte o la muerte'-, permaneció oculta y enterrada durante décadas, precisamente por el miedo de que pudiera servir para identificarles ante las fuerzas franquistas y ser víctimas de la represión.
El propietario de estas fotografías las ocultó por temor a las represalias. Las envolvió en su camisa roja, las introdujo en una vieja cacerola y las enterró en una tierra de labor de Ponferrada. En 1998 fueron recuperadas, cuenta Macías, que fue testigo de ese hallazgo. Y es que en esa manifestación, nada hacía presagiar lo que pasaría apenas dos meses y medio después.
Pese a los alarmantes rumores en los días previos sobre lo que pudiera acontecer ese día, la jornada del Primero de Mayo de 1936 en Ponferrada transcurrió dentro de la normalidad, explica Macías, que cuenta que se celebró una manifestación por la mañana y, ya por la tarde, una concentración campestre a la que se unieron otros grupos procedentes de las cuencas mineras bercianas, en un sentido homenaje a las víctimas de la revolución de octubre de 1934.
Hace ocho décadas, las calles eran un hervidero de gente, entusiasmada por el triunfo del Frente Popuar en las elecciones de febrero de ese mismo año, según recuerda Santiago Macias, con la participación también, por primera vez, de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fundadas apenas dos meses antes como resultado de la fusión de la Unión de Juventudes Comunistas (PCE) y las Juventudes Socialistas (PSOE).
La fotografía permaneció oculta pero, igualmente, muchos de los jóvenes que aparecen en ella fueron finalmente identificados y asesinados extrajudicialmente en los primeros meses tras el alzamiento militar y el inicio de la guerra. Es muy probable que alguna fotografía similar a ésta sirviera a los verdugos para identificar a sus víctimas, advierte Macías, que recuerda los nombres de Mastache, Granda, Llaguno, Gallego, Huidobro, Barba, Monje, Falagán, Nabor, Raigada, Jato o Rojo, que pasaron a formar parte de la macabra lista de asesinados por defender a la clase obrera. Muchos perdieron la vida y también hubo algún superviviente, como Toribio Pousa, el más jovencito que aparece en la foto y que aún vive en Argentina.
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