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Una rebanada de pan empapada en leche, rebozada en huevo y frita. Las pastelerías y confiterías del Bierzo preparan sus torrijas para esta Semana Santa. Miel, azúcar, canela o chocolate son algunos de los complementos más habituales con los que los bercianos acompañan este típico postre de esta festividad.
En Confitería Pili llevan una década haciendo torrijas. «Su origen viene de que en Semana Santa no sé comía carne entonces se elaboraba este plato con el pan que sobraba. Es un remojado a base de cítricos, canela y lácteos. Nosotros hacemos una torrija un poco más especial con un pan brioche a base de mantequilla y leche y le echamos canela y azúcar», explica Ángel, actual regente de esta típica pastelería berciana que tiene más de 70 años de historia.
Esta confitería lleva una semana vendiendo torrijas y las seguirá vendiendo durante toda la Semana Santa. «Hacemos entre 600 o 700 torrijas y las vendemos todas», asegura.
El obrador de Abokados nació hace apenas dos años, de la mano de Martín y Blanca, dos jóvenes emprendedores, pero han conseguido calar hondo en el paladar de los bercianos. «Llevamos haciendo torrijas desde que empezamos y las hacemos a base de pan brioche que elaboramos en el obrador. En vez de ser pan tal cual, lleva azúcar y mantequilla. El pan lleva harina, huevo, mantequilla y azúcar, que lo lleva en la masa», explican.
Pero no será hasta esta semana cuando empiecen a comercializar unas torrijas que llevan el sello de la abuela de Blanca. «La receta es la tradicional de la abuela de Blanca y el año pasado hicimos unas 200 torrijas», añaden.
Las torrijas son un plato típico extendido por toda España. Pero ¿cuál es su verdadero origen? La primera referencia histórica que existe trata sobre un producto parecido al que hoy se denomina torrija y aparece en la obra de Marco Gavio Apicio, gastrónomo romano del siglo I.
En esta obra, Apicio menciona que el postre se realiza sumergiendo la rebanada de pan directamente en leche, sin el rebozado de huevo. Sin embargo, estos indicios apuntan a que este postre surgió hace miles de años atrás y ha llegado hasta nuestros días.
En España, la torrija no aparece documentada hasta el siglo XV, cuando el poeta y música Juan del Encina deja constancia de ellas en uno de sus escritos: «Miel y muchos huevos para hacer torrejas», como lo llamaban por aquel entonces.
Su consumo durante la Semana Santa se debe a que se aprovechaba el pan sobrante en una época en la que no se debía comer carne.
Los buñuelos son otros postre típico de la Semana Santa y en Confitería Pili aseguran que «llevamos haciendo este postre desde hace más de 60 años».
Se trata de bolitas fritas rellenas de crema pastelera. «En estas semanas podemos vender más de 300 kilos que serían unos 10.000 buñuelos», señala Ángel que afirma que «vienen de la época de Egipto, donde se hacían con miel».
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