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Para los vecinos de Ruitelán es un misterio: una cueva donde, por raro que parezca, no crecen las telas de araña. Los habitantes de esta pequeña localidad perteneciente al municipio berciano de Vega de Valcarce coinciden en defender que la situación quizá tenga una explicación divina.
A la gruta se accede desde el interior la capilla de San Froilán, el patrón del pueblo que este sábado 5 de octubre celebra su festividad y al que honrarán los vecinos con una misa en su honor, a las 12:00 horas, antes de compartir una comida de hermandad en un restaurante de la localidad de Vilela, en Villafranca del Bierzo.
Cuenta la leyenda que esa cueva, situada a las afueras del pueblo, al igual que el templo, era el lugar elegido por el santo para pernoctar por cuando realizaba sus viajes entre León y Lugo. También dice que en ella los conejos royeron parte de sus libros de oración y que la maldición de San Froilán hizo que desaparecieran de allí. Quizá también le ocurriera algún infortunio con las arañas y la maldición también se extendiera sobre ellas para que ni una sola haga acto de presencia en la caverna, según constatan los vecinos.
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El templo, que comparte protagonismo con la iglesia San Juan Bautista que también tiene su fiesta en la localidad, data de los siglos de los siglos XVII-XIX y el alcalde pedáneo, José Luis Pérez, asegura que la capilla fue construida por los propios vecinos del pueblo «hace bastante más de cien años». Es una vecina del pueblo la que encarga de abrir y cerrar diariamente la capilla, que es muy visitada por encontrarse en pleno Camino de Santiago.
Desde la pedanía llevan tiempo intentando recuperar la fiesta en honor a San Froilán, su patrón, y ese será el el cuarto año que conmemoran su día. También han solicitado una subvención para «dar algunos retoques» en la capilla «en el altar y alguna cosilla más», aunque «está perfecta», según asegura el pedáneo. Una ayuda que, según explica, le fue denegada «porque actualmente no existe capilla», es decir, no aparece documentada.
Por ello la Junta Vecinal ha iniciado los trámites para poner la ermita a nombre de la pedanía de Ruitelan. «Donde está ubicada la capilla la dueña del terreno nos lo cede porque ahora es un soto de castaños y no hay capilla», indicó el pedáneo del pueblo.
La idea es conseguir ponerla a nombre de la pedanía para poder optar a ayudas de la Junta de Castilla y León, conservarla y a la vez, más adelante, «celebrar el día de San Froilán como Dios manda, con una orquesta y hacer una comida en el campo, pero todo esto tiene que ser poco a poco», concluye.
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